Aún recuerdo cómo me enfadaba con Jordi cuando veía las condiciones en las que llegaba a casa después de correr un maratón. Le decía que no me quería quedar viuda tan joven, que hiciera el favor de no hacer esas barbaridades. No era capaz de verle por ningún lado la gracia a maltratar el cuerpo de esa manera. Entonces yo no corría. Y ahora ¡cómo han cambiado las cosas!
Hoy he acabado mi maratón número 10. Me inscribí hace bastantes meses, cuando por casualidad ví una referencia a esa carrera a través de un comentario de un amigo en Facebook. Y es que cuando la ví, pensé que podría ser una carrera preciosa. Se trataba de la primera edición del Maratón de las Vías Verdes Val de Zafán, con salida en Horta de Sant Joan y llegada a Tortosa, siguiendo el trazado de la antigua vía del tren, cerrado desde 1973 y hoy convertido en camino para ciclistas y paseantes. El recorrido combina un 90% de asfalto y un 10% de tierra, y atraviesa un total de 38 túneles, algunos de más de 500 metros de longitud. El circuito se inicia en el Parque Natural dels Ports a una altitud de 436 metros y el perfil es en bajada hasta aproximadamente el kilómetro 25. A partir de ese punto y hasta la meta, discurre en paralelo al río Ebro, y es casi llano. La distancia de 42,195 km, según nos ha informado la organización, está medida con rueda. Todo pinta perfecto.
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Estación de ferrocarril, vía verde. Fuente: http://www.esgambi.com. |
Así que el sábado por la tarde nos desplazamos hasta Tortosa. Nos llevamos sólo a Ainhoa, ya que Aleix decidió quedarse con sus abuelos para poder estudiar, pues la semana que viene la tiene llena de exámenes. Jordi y yo habíamos reservado una habitación en el hotel que sugería la organización, el Corona, mientras que la niña se iba a quedar en Amposta, en casa de su padrino. Así que recogemos el dorsal y la bolsa del corredor, cenamos pronto a base de pizza y a dormir. A las 5:30 de la mañana suena el despertador. Eso es lo peor de participar en carreras: los madrugones. A las 6 ya estamos desayunando: sólo un zumo de naranja y una tostada con mantequilla y mermelada. A las 7 nos plantamos en el lugar donde nos recogerán los autobuses que ha preparado la organización para llevarnos hasta Horta de Sant Joan. No somos muchos, unos 200 en el maratón y otros 200 en el medio maratón que se celebra conjuntamente. Personalmente, me gustan mucho las carreras poco masificadas. A las 8 ya estamos en la antigua estación del ferrocarril de Horta de Sant Joan. Desde donde nos deja el autobús, hay que caminar 1300 metros por la vía verde hasta el punto de salida. En este trayecto, nos toca pasar uno de los túneles como los que nos encontraremos durante la carrera. No está iluminado, el camino tiene bastante polvo depositado y hay corriente de aire. Da un poco de canguelo, la verdad.
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Túneles. Fuente: organización. |
A las 9 en punto se da la salida. La vía está asfaltada, pero no tiene más de 2 metros de ancho en esa zona, así que me sitúo bastante adelante para no tener que zigzaguear. La salida, en bajada, es muy rápida. Me pongo enseguida a 4:30 min/km sin demasiada sensación de esfuerzo. La mayoría de esos primeros kilómetros los hago entre 4:30 y 4:40 min/km. Pienso que todo ese tiempo que gane me va a servir en la segunda parte de la carrera. Enseguida empiezan los túneles. El primero me asusta un poco, ya que corro sin gafas ni lentillas, lo que no me afecta en condiciones de luz, pero cuando hay oscuridad no veo casi nada a más de dos metros. Así que es un un ejercicio de fe seguir al corredor de delante, levantar bien los pies del suelo y confiar en que no pase nada. El ritmo, por supuesto, se resiente bastante. Pero detrás del primero viene el segundo, y el tercero. Y es que son 38 túneles en 42 kilómetros. Del techo de algunos de ellos cuelgan algunas luces, pero muchos están sin iluminar. La organización recomendó el uso de frontal, pero no ví el mail hasta el mismo sábado por la tarde. De hecho, pocos corredores lo llevan. Hay un par de túneles de los que ya hemos recibido aviso. No tienen luz y son muy largos. La organización ha puesto en el suelo barras químicas de luz de emergencia, como guía. En ese punto ya estoy corriendo sola y las sensaciones son muy fuertes: una oscuridad absoluta y una hilera de barritas fosforescentes que te van guiando. En mi interior pienso que estoy viviendo una experiencia única y que tengo que disfrutarla, así se me va el miedo a pegarme un tortazo. El paisaje es espectacular, rodeados de montañas, barrancos, cursos de agua...; es un sitio ideal. En el kilómetro 7.7 y como ya nos han avisado, nos hacen salir de la vía verde por un estrecho sendero que comienza en una bajada resbaladiza y llena de piedras. Serán 900 metros. Es como un tramo de carrera de montaña y enseguida pienso en Jordi, que siempre corre sobre asfalto y va en el grupo de delante con el sub-3 h en mente.
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Segunda parte. Fuente: organización |
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Sufriendo. Foto: Ximo Barberà |
Los kilómetros avanzan, y vamos encontrando los avituallamientos. Yo bebo agua en todos, ya que, aunque el cielo está bastante tapado, nos sopla de cara viento del sur y la humedad es muy alta, así que la sensación de sed es muy grande. Nos encontramos a muchos ciclistas que aprovechan el domingo para hacer una salida, y nos animan muchísimo. También nos anima la gente que se concentra en las antiguas estaciones, alguna de ellas convertida en restaurante. Llega el medio maratón y paso la alfombra de cronometraje en 1 h 39 min. Estoy contenta pero, al cabo de unos pocos kilómetros, creo que mi carrera se ha acabado. Noto un pinchazo muy doloroso en la parte externa de la rodilla derecha y una especie de agarrotamiento. Voy coja e intento compensar el dolor con la otra pierna, hasta que veo que se me pasa un poco y sigo corriendo. Esto se volvería a repetir dos veces, aunque parar para prevenir una posible lesión no está en mis planes, pues no tengo prevista ninguna carrera más hasta septiembre. La segunda parte de la carrera es mucho más dura. Discurre en paralelo al río y a la carretera, y hay tramos con rectas larguísimas. También hay algún repechón que, en mi caso, tengo que subir andando. Empiezo a encontrar corredores andando. Yo tengo que hacer un gran esfuerzo para encontar el ritmo y continuar adelante. Además, los últimos kilómetros son sobre pista de tierra junto al canal, lo que a estas alturas impide aún más mantener un buen ritmo.
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Cruzando el último puente (Tortosa) |
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Llegada a meta |
Ya se ve Tortosa. Cuando estoy entrando en la ciudad me encuentro con J.R., un compañero del club que es de allí y que ha venido a buscarme corriendo con su hija Marisín, que va en bicicleta. Se ponen los dos detrás mío y me animan muchísimo. Les he de agradecer que me hicieran encontrar energía cuando pensaba que ya no quedaba nada. Además, me dan indicaciones sobre por dónde he de pasar en el lioso recorrido del tramo urbano de la carrera que me hace dudar en algunos momentos. Llegamos al puente sobre el río Ebro y allí nos separamos con un último grito de ánimo. Sólo queda atravesar el puente y ya estaré en la meta. Oigo la megafonía, que anuncia mi llegada. Mis amigos de Tortosa y Amposta están allí esperándome, junto con Jordi y Ainhoa, todos gritando como posesos. Es tan emocionante que se me saltan las lágrimas. Entro en meta en 3 h 34 min 01 s. Es lo máximo que he podido hacer hoy, pero estoy muy contenta. Además, he sido la segunda mujer. A Jordi le están dando un masaje, ya que a las horas que llega él no hay cola. También está muy contento, pues, a pesar de la dureza del recorrido, ha hecho 2 h 58 min, siendo el 6º de la general y el 3º de su categoría.
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Zona de meta. |
En definitiva, es un maratón muy recomendable y perfectamente organizado. No tengo absolutamente ninguna queja sobre él. El trabajo de los voluntarios (más de 80 personas) es excelente. El obsequio (una sudadera con capucha) es chulísimo y el avituallamiento a la llegada, con bebidas, fruta, gominolas, frutos secos y un plato de pasta o bocadillo de longaniza, muy correcto. Ahora bien, tengo que prevenir a los que, como casi todos nosotros, pensábamos que era un maratón fácil y apto para hacer marca. No es así, ya que lo que se puede llegar a ganar en los primeros kilómetros de bajada se pierde con creces en la segunda parte.Sí que es, sin embargo, un maratón ideal para disfrutar de un entorno bellísimo y una experiencia personal diferente.
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Entrega de premios |
Yo, ahora, estoy casi sin poder andar, poniéndome hielo en la rodilla, tomando ibuprofeno y con una rodillera de neopreno, esperando que pasen un par de días y pueda analizar si la cosa es grave.
¡Ya os contaré!
Felicitats !!
ResponderEliminarAmb el que expliques, probablement la faré en el futur.
Gràcies, Jordi. És molt maca, t'agradarà molt. Fins aviat!
EliminarUi, quines fotos més xules, ...je je.
ResponderEliminarJo també em vaig emocionar en veure-us arribar.
Cuida't aquest genoll, que encara n'has de córrer moltes més.
Una abraçada,
Miquel
Sort del reporter gràfic, je, je,... Fins aviat, una abraçada!
EliminarEnhorabuena por todo.
ResponderEliminarPor la marca, por el puesto, por el marcón de Jordi, por pasarlo tan bien y, sobre todo, por contarlo tan bien.
Me ha encantado esa frase del inicio "Le decía que no me quería quedar viuda tan joven". Algún día tendríamos que hacer compendio de todas las frases que hemos dicho alguna vez convencidos de cumplirla y que luego las hemos convertido en mentira.
Lo dicho, enhorabuena
Muchas gracias, pronto nos explicarás qué tal en vuestro maratón, te voy siguiendo. ¡Un saludo!
EliminarMuchas felicidades Arantza!!! otro maratón más! ufff cuánta experiencia emiten sus crónicas!! ... la que no quería quedar viuda joven! :-) jejeje
ResponderEliminarTiempazooo! a pesar de las molestias en carrera, me imagino que sufriste para intentar mantener ritmo y la molestia no llegara a más. Estás fuerte mentalmente y físicamente cuando has seguido tirando y has terminado en un gran crono!!
Y también muchasssss felicidadessssss para Jordi!!!
Ahora a descansar (me imagino que te costará) pero toca mimar esa pierna que quizás sea una sobrecarga.
Y enhorabuena por el podio!!!!
bss
Tania
Muchas gracias, Tania, estoy un poco cansada ya de tantas carreras, así que no me costará descansar un poco. La rodilla no pinta bien, esperaré tres días y veremos. ¡Un abrazo!
EliminarMoltes felicitats per aquesta segona posició!! I moltes felicitats també pel Jordi.
ResponderEliminarQuina força de voluntat, Arantza, ets un exemple à seguir. Vigila aquest genoll, espero que no sigui res greu.
Una abraçada
Hola, Gemma, doncs sí que em sembla que tinc el cap una mica dur, je, je,... com li deia abans a la Tània, no pinta gaire bé el genoll, però de moment estic tranquil·la. Gràcies i una abraçada.
EliminarMoltes felicitats Arantza! M'ha agradat aquesta crònica tan completa entre la visió interior i exterior des de la pròpia pell. Mai no hagués dit, havent vist la cara de felicitat i de no-sofriment de l'arribada, que havies passat un periple. Un relat molt interessant i alhora emocionant. Besets. Emi
ResponderEliminarMoltes gràcies, Emi, és que la felicitat i l'emoció a l'arribada són tan grans que immediatament ho oblides tot. Fins aviat, una abraçada!
EliminarQué bien, muchas felicidades a los dos por la gran carrera que hicisteis a pesar de las molestias en la rodilla. En febrero se celebra el Maratón de las Vías Verdes en Madrid y tengo pensado asistir, espero terminar tan bien como vosotros.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Gracias, Manuel, la verdad es que después de mi experiencia pienso que el circuito MVV está muy bien, ya nos contarás el año que viene qué tal en Arganda del Rey. Y suerte en ese menú tan completo que tienes por delante!
EliminarTú siempre cumpliendo, muchas felicidades Arantza, es una gran marca para ir media carrera a ciegas, muy curioso lo de tantos túneles.
ResponderEliminarGracias, Miguel, sí, fue un contínuo de cambios de ritmo, hay que estar fuerte. Un abrazo.
EliminarFelicidades a los dos! Gran carrera, grandes marcas y por lo que cuentas, una experiencia bonita para enmarcar tu décimo maratón.
ResponderEliminarEspero que esa rodilla no esté dando mucha guerra y estés recuperada pronto
Gracias, Yolanda, pues es curioso lo bien que me estoy tomando eso de ir coja. En mi anterior lesión me subía por las paredes. Me hago mayor.... Un abrazo.
EliminarBRAVO BRAVISÍMO a los dos! no tiene que ser fácil correr con tantos túneles, las pupulias que se habren y cierran continuamente hasta pueden dar mareos! Bravo por haber seguido a pesar del dolor y de haber sabido reaccionar tanto como para acabar con este marcón! enhorabuena!
ResponderEliminarpor cierto, ayer sábado 24, en la Vanguardia salió un especial sobre los juegos del Mediterraneo de Tarragona 2017. Hay una foto de portada, creo de la Mitja de Tarragona y me parece reconocerte entre la muchedumbre. La guardo, a ver si un día nos cruzamos y te la doy!
a recuperarse, ahora! un abrazo