viernes, 5 de mayo de 2017

(Des)motivación

Y aquí estoy, a exactamente 2 semanas del mayor reto que me haya imaginado jamás: la vuelta a Menorca por el Camí de Cavalls y no precisamente en mi mejor momento anímico.  Al final se han ido al traste todos mis planes y he tenido que improvisar, sobre la marcha, un plan B.

Iba justita de fuerzas (psicológicamente hablando) debido a un proceso de oposición en el que llevo inmersa desde el pasado mes de noviembre. Por suerte ya se ha acabado, y con resultados inmejorables, pero el esfuerzo mental invertido en el proceso me ha dejado para el arrastre. Durante estos meses, todo ha pasado a un segundo plano, incluso el correr. Afortunadamente, tengo la rutina de entrenar tan arraigada  que es como lavarse los dientes después de comer: se hace sin pensar.

Salida de 42 km. Montoliu.
Pero entonces, hace unas 6 semanas, me hice un esguice de tobillo en la Almogàvers Muntanyes de Prades. Lo que me faltaba: la estocada final justo cuando tocaba aumentar significativamente el kilometraje de las salidas largas semanales. Había planificado participar en diferentes pruebas largas como entrenamiento para los 185 km de la Trail Menorca Camí de Cavalls y, en un segundo, todo se fue al traste. Estuve 2 semanas en reposo absoluto, con antiinflamatorios, hielo, contrastes de frío-calor... A la tercera semana tenía el tobillo aún hinchado, pero no me dolía al correr, así que decidí apostarlo todo a una carta e iniciar el incremento de kilómetros. El primer domingo hice una salida de 30 km, el segundo ya subí a 42 y, el tercero, hice una salida de 50 km en 5 horas.

Disfrutando del precioso paisaje primaveral en la salida de 50 km. Canal de Urgell.
Por mi rendimiento, parecía que todo iba bastante bien físicamente, pero la cabeza no estaba centrada y, por tanto, no había reservado ni los vuelos ni el hotel, ya que estaba pensando seriamente en no ir a Menorca. En mi plan inicial, había contemplado hacer una salida de 100 km a finales de abril. Ese test era indispensable si quería afrontar con garantías una carrera de 185 km. Un amigo que también correrá en Menorca había planificado una salida similar. Normalmente entreno sola, pero esta vez le pregunté si podía ir con él. La distancia era demasiado larga y serían demasiadas horas corriendo por caminos solitarios. Por suerte, tenemos rendimientos y ritmos muy parecidos, así que el buen acoplamiento estaba casi garantizado.

Tàrrega, 5 a.m.
Él planificó la ruta. Saldríamos de Tàrrega a las 5 de la mañana y nos dirigiríamos a la ciudad de Igualada, a unos 50 km de distancia, por el Camino de Santiago. El punto central es el alto de La Panadella, a 710 m de altitud, donde teníamos previsto repostar. La mitad del recorrido aproximadamente es por caminos, y el resto por asfalto, siguiendo el trazado de la antigua carretera N-II. Salí sin ánimo, para qué nos vamos a engañar. Había avisado incluso a Jordi que estuviera atento ya que a lo mejor le llamaba por teléfono para que me fuera a buscar en coche. Pero iniciamos el camino y los kilómetros fueron pasando casi sin darnos cuenta. Cargábamos nosotros con el avituallamiento para toda la jornada, y conocíamos dónde había fuentes para repostar agua. En 6 horas estábamos en Igualada. Estábamos muy sorprendidos del buen estado físico en el que nos encontrábamos. E iniciamos el camino de vuelta. Paramos un par de veces a tomarnos una Coca-Cola, y algunos tramos de subida los hicimos caminando, pues no sabíamos cómo iban a responder nuestros cuerpos a una distancia tan larga.

¡Vamos bien! Con Blai Rodríguez.
Y por fin llegamos a nuestro destino, habiendo recorrido 103 km en 12 h 44 min. Con las piernas doloridas, pero en buen estado físico en general. Muchos kilómetros y muchas horas juntos, pero lo más sorprendente es que no dejamos de hablar en ningún momento. Ahora me explicaba cosas él, luego le contaba cosas yo. Hablamos de cosas trascendentes e intrascendentes, no se acababan los temas y os puedo asegurar que en ningún momento se me hizo cansado, pesado o aburrido.

Llegando a Igualada. Primeros 50 km recorridos.
La experiencia fue una inyección tremenda de motivación, ya que, en Menorca, no puedo salir del km 100 hasta transcurridas 16 horas desde la salida (lo dice el reglamento), y el haber hecho esa distancia en 3 horas menos me da un margen muy considerable para tomarme la primera parte de la carrera con calma y reservar fuerzas para los 85 km finales. Total, que ya tengo vuelos y hotel. Una pasta he tenido que desembolsar al hacer las reservas tan tarde, pero al menos ya estoy convencida de ir a Menorca y de acabar la carrera.

A partir de ahora reduciré kilometraje, pero mantendré las series de velocidad semanales. Este domingo es el medio maratón de Tàrrega. Lo organiza mi club, así que iré. No tengo ahora mismo velocidad para hacer una media en condiciones, pero me la tomaré como un entrenamiento con regalo y desayuno gratis, je, je,...

¡Ya os contaré!

4 comentarios:

  1. Tiradeta de 100kms, buff, quan hi penso m'agafa algo. Bé, després de tot, se'ns dubte aquesta tirada serà una pujada de confiança brutal. Amb això, amb l'experiència que vas agafar l'any passat fent les marxes i amb l'ajuda del coco, completaràs el Camí de Cavalls.
    Endavant!

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    1. Gràcies, Francesc, ara estic força animada, a veure com em respón el cos, això és una incògnita. Fins aviat, records!

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  2. Es admirable tu capacidad deportiva y sobre todo mental, me alegro que todo te siga yendo tan bien y ahora a por Menorca, suerte.

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    1. Muchas gracias, Miguel, creo que va a ser una experiencia increíble. Luego volveré al "redil", ya estoy pensando de nuevo en maratón, je, je,...

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