lunes, 19 de enero de 2015

Crónica del Maratón de la Costa Daurada-Tarragona (18 de enero de 2015)

El Maratón de la Costa Daurada-Tarragona (MCD) lo tengo fijo en la agenda. Me perdí la primera edición de las 5 que se han celebrado, pero a partir de ahí las hecho todas. Y es que un maratón a menos de una hora de casa y con la posibilidad de inscribirse a un precio promocional de 25 euros es para tentar a cualquiera. Además, la organización me parece excelente, así que siempre vuelvo contenta a casa.

Llevaba entrenando 10 semanas de forma específica para esta carrera. En este tiempo, he hecho las tradicionales tiradas de 30 y 32 km así como 2 medios maratones. Mi marca en el último medio maratón (1:38) me daba una idea de mi posible objetivo en maratón, es decir, 3 h 30 min. Claro que hace un par de años que lo estoy intentando y no hay manera... Pero lo que disfruto en el intento no os lo podéis ni imaginar, ja, ja,...

Era mi onceavo maratón, pero fue una historia nueva. Creo que, aunque llevara 50 maratones, cada vez viviría una aventura distinta.Creo que esa es parte de su magia. Esta vez la novedad fue que, por primera vez, no corría sola. A una semana de la carrera, me dijo Jordi que me podía acompañar, si yo quería. Él venía de hacer el Maratón de Castellón en 2:54 y no tenía ningún objetivo a la vista así que, contenta como unas castañuelas, le dije que sí.

Salida MCD. Foto: organización
El día de la carrera nos levantamos a las 6 de la mañana. Mi desayuno: dos mini-tostadas con margarina y mermelada y un té. Hacia las 7 salimos de Tàrrega. El termómetro marca 2ºC. Llegamos a Tarragona, aparcamos sin problema en un párquing que ha habilitado la organización cerca de la salida y nos vamos a recoger el dorsal. Después, nos cambiamos y salimos a calentar un poco. Yo me he puesto un plástico por encima que tiraré justo antes de la salida. El frío se hace notar, pero hace sol y nada de viento. Un día ideal para correr. El ambiente es, como siempre, espectacular. Este año han sido unas 1.700 personas las que se han dado cita en Tarragona. Aparte del maratón, hay una carrera de 10 km y, como novedad, otra de 30 km. Es además, sede del campeonato de Catalunya de maratón.

Jordi a la derecha de la foto y yo a su lado. Al fondo, el grupo de 3:30. Foto: JJ Vico.
Cuenta atrás y salimos. Los primeros 10 kilómetros discurren por la escollera del puerto de Tarragona y son muy llanos. Nos ponemos a un ritmo de 4:55 min/km, que podemos llevar con facilidad a estas alturas de la carrera. No debería correr más rápido si no quiero chocar contra el muro en la segunda parte del recorrido. El problema, que ya esperaba, es que la liebre de 3:30 (el triatleta Robert Mayoral) clava el ritmo a la perfección, y lleva junto a él a un grupo muy grande de corredores. Así que para adelantarlo hace falta acelerar. Si hubiera estado sola, nunca le hubiera adelantado y hubiera tenido que correr con el grupo, cosa que hice el año pasado y que personalmente no me gusta, pues prefiero ir sola a mi ritmo. Pero cuando Jordi se dio cuenta de la situación, metió un pequeño cambio de ritmo que nos permitió adelantar al grupo. Después, volvimos al ritmo de crucero. El grupo de 3:30 quedó a unos 100 metros por detrás de nosotros, cosa muy estresante para mí, pero Jordi no paraba de decir que me concentrara en la carrera, así que al final olvidé que los tenía pisándonos los talones. Él me lleva los geles, me recoge el agua en los avituallamientos, me señala los obstáculos del camino, y yo sólo me tengo que preocupar de correr, todo un lujo. Los primeros 10 km los hacemos a una media final de 4:55 min/km. Tomo mi primer gel y encaramos la segunda parte de la carrera.

Chema Martínez ayer en la MCD.
Aquí dejamos la costa y nos adentramos en la ciudad de Tarragona. Este año han cambiado el sentido del circuito, así que hacemos ahora la subida hasta la pista de atletismo, este año en el km 17, y bajada de vuelta al puerto. Cuando estamos subiendo, vemos a los primeros clasificados de los 30 km y del maratón que hacen el camino de vuelta. Chema Martínez va el primero, como un tiro. Todos gritamos su nombre y le animamos. Es un verdadero privilegio verle correr. Aquí empezamos a encontrar los primeros desniveles que, por pequeños que sean, se convierten en el Everest cuando se trata de un maratón. Sin embargo, también hay tramos de bajadas, así que, apenas sin darnos cuenta, aceleramos el ritmo y pasamos la media maratón en 1:43, a un ritmo medio final de 4:52 min/km. Me encuentro bien, pero pienso que hemos ido demasiado rápido. Segundo gel y hacia el tercer tramo.

Volvemos a la zona de salida, allí el ambiente es buenísimo y hay mucha gente animando. Seguimos a ritmos entre 4:50 y 4:55 min/km. Ahora toca volver a hacer los 5 kilómetros de escollera, en ida y vuelta, desde el km 25 hasta casi el 30. Veo una recta larguísima, totalmente llana, con el faro al fondo, como si estuviera en el fin del mundo. Entonces no sé qué me pasa que me hundo. Jordi se da cuenta enseguida e intenta animarme. Pero por mi cabeza empiezan a pasar pensamientos negros como la noche y le digo que no puedo más. Él me dice que claro que puedo, que he hecho cosas mucho peores, que no escuche a la cabeza, que es cuerpo el que tiene que correr. Cada vez es peor y decido que cuando se acabe el tramo de escollera giro hacia la meta, siguiendo a los corredores que harán los 30 km. Durante esos 5 kilómetros sólo pienso en abandonar. Antes de llegar al km 30 me paro a caminar mientras me tomo el tercer gel y bebo agua. Son unos pocos metros y, sin pensarlo, vuelvo a correr. Este tramo de 5 km, totalmente llano, ha subido la media de los últimos 10 km a 5:09 min/km.

Passeig de l'Escullera. Foto: infomakis.com
Seguimos adelante. Y de repente, igual que vino, se fue. Empiezo a revivir y casi no me lo puedo creer. Vuelvo a encontrarme bien y a correr a gusto. Empiezo a visualizar la meta y sé que voy a terminar. Estoy cansada, claro, pero se podría decir que incluso contenta. El problema es que ahora nos enfrentamos a la última parte de la carrera, la más dura y temible, ya que discurre junto al mar por un recorrido lleno de toboganes, con algunas subidas de perfil considerable. El año pasado pasamos por allí antes del km 10, pero este año, debido al cambio de sentido del circuito, es después del 32. Lo compensa la cantidad de gente animando. Hay voluntarios por todas partes ofreciéndote agua, isotónico, reflex, animándonos a tope. Es impresionante. Miro el mar, con un montón de barcos enormes allí lejos, quizá esperan poder entrar a puerto. Este tramo de 12 km lo hacemos a una media de 5:04 min/km.

Y llegamos a meta. A falta de unos 500 metros nos cogemos de la mano y entonces a Jordi se le va la pinza y empieza a esprintar como si le llevara el diablo, me lleva casi volando. Y entramos en 3:34:04. Feliz como una perdiz.

La secuela de ayer sólo es un resfriado a consecuencia del frío. Muscularmente estoy bien y no me duele nada. Esta mañana he ido a rodar unos 50 minutos y todo estaba en orden. La siguiente cita es el medio maratón de Tortosa, dentro de 3 semanas.

¡Ya os contaré!


14 comentarios:

  1. Enhorabuena Arantza!!! otro maratón más para tu gran palmarés!! y gran crono!! tranquila que el sub3h30 caerá, además falta de ánimos no tienes jeje
    Estás fuerte, si después de un maratón no te duele nada wauu eres mi ídolo!! :-)
    Ahora a por esa media!! por cierto, enhorabuena también para Jordi por ese crono en la maratón de Castellón! élite totall!!!
    fuerte abrazo,
    Tania

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    1. Gracias, Tania, la verdad es que soy bastante tozuda, así que lo seguiré intentando, je, je,... Mucha suerte en tu camino a Sevilla. Un abrazo.

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  2. 11 maratones Arantza, ¡qué barbaridad!
    Impresionante ese testimonio del bajón que te atacó. Todos sabemos que a vaces, en el maratón pasan esas cosas, pero tuviste la fuerza, ayudada por Jordi, de darle la vuelta a los pensamientos chungos.
    Muy buena carrera, muy buen tiempo y muy bonita crónica
    Esos 30km del MCD me los apunto por si acaso alguna vez...
    Un abrazo

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    1. Gracias, novatillo. La cabeza tiene cosas que cuesta entender, fue muy fuerte ese momento. Un abrazo.

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  3. Enhorabuena Arantza, no salio el objetivo, pero lo luchaste como una jabata, y el crono esta fantástico, terminara cayendo. Saludos.

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    1. Gracias, Tomás, yo no pierdo la ilusión. Cierto es que la edad juega en mi contra, pero lo seguiré intentando. Un saludo.

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  4. Felicidades Arantxa, que pena ese bajonazo porque lo tenías ahí, pero bueno lo importante es que a pesar de no haber dos maratones iguales, tú eres muy regular, siempre cumples y con buena cara. Enhorabuena.

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    1. Gracias, Miguel, sí, tienes razón. Pero estoy contenta, ya habrá otra oportunidad. Un abrazo.

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  5. Enhorabuena Arantza, es un lujo poder correr un maratón por la Costa aunque la parte dentro de Tarragona tiene que ser complicada porque hay unas cuestas....suerte en Tortosa!

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    1. Muchas gracias, Sergio, la verdad es que las vistas te dan ese plus de motivación que hace tanta falta en un maratón. Un abrazo.

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  6. Ets una crac!!
    El cap no saps mai per on et pot sortir, perquè un cop vas passar el mal tràngol del km 30 tot va a tornar més o menys al seu lloc. La marató és molt més mental del que ens creiem.

    Felicitats!!

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    1. Sí, el cap mana i s'ha de fer un esforç conscient molt fort per fer-lo canviar. Penso que hagués pogut abandonar perfectament, en canvi, al final vaig acabar i amb un temps molt bo per mi. Això és un aprenentatge per altres vegades. Una abraçada.

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  7. Que fuerte.. lo que es la cabeza que hace que pases de querer abandonar a sentirte bien y acabar en 3h34'. Cada vez estoy más acollonido .....
    Muchas felicidades por recuperarte y acabar con muy buen tiempo . La próxima 3h30' seguro.

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    1. Gracias, Javi, aunque lleves el entrenamiento hecho, la cabeza es una parte importantísima. Yo he aprendido mucho esta vez. ¡Un saludo!

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