sábado, 17 de septiembre de 2011

Mujeres que suben el Veleta (por Estefi Climent)

http://www.subidaveleta.com/
  Yo no conocía el Veleta, ni tampoco a las mujeres que suben el Veleta. La subida, de 50 kilómetros, es una de esas pruebas de atletismo que están cada año apuntadas en la agenda y, por motivos varios, no se puede ir. Pero este año, sí.

Era un gran reto la mítica subida que sale de la ciudad de Granada y llega al Pico Veleta: sus 3390 metros dan respeto. Sin embargo, no me dí cuenta de lo que subí, hasta que me bajaron. La bajada fue en microbús, telesilla, telecabina "huevo" y coche… un trayecto largo y sinuoso, todo bajada, y mi comentario, dentro del coche  y con las piernas muertas era: "no puede ser que esto lo haya subido yo". Me pareció una bajada eterna.

En la salida descubrí, para mi asombro, una gran cantidad de mujeres de todas las edades, de varias constituciones fisicas, pero todas para mi heroínas: Pilar, Ruth, Noelia, Esther, Reyes, Carmen…mujeres valientes… Bridget, Mª José, Amalia, Sonia, Ana, Belén y yo misma. Todas con ganas de luchar y de aguantar esa intrépida subida.



http://www.subidaveleta.com/

Mi respeto era inmenso. No conocía cómo se desarrollaría ese magnífico perfil. No sabía de su dureza. Estar de vacaciones y retarme con esta montaña era un premio a todos los días trabajados y entrenados durante el año. Salí con prudencia, siempre he tenido demasiada, me falta osadía. Sus primeros 11 kilómetros son de lo más “normal”. Podría ser el perfil de cualquier carrera popular… Pero, como decía un granadino de piernas musculadas y expertas, después del kilómetro 11 empieza el Veleta. Y así fue, no se equivocó, su gran experiencia demostró que sus palabras eran fieles al relieve. 

Estefi
Sube y curvea desde el kilómetro 11 al 50. No nos da un respiro, ni un descanso, su dureza hace que tengamos firmes los ánimos, no se puede aflojar, ahorrar toda la energía innecesaria, salvar todo curveo exterior y enfilar los músculos hasta la cima.

La música, Queen en este caso, me ayudó.

Te acostumbras, qué facilidad tenemos, aunque subir se hizo durísimo… es el pacto que hicimos en la salida, subir y subir…

Veo de vez en cuando a las luchadoras, nos pasamos o acompañamos, nos animamos. Es duro para todos, ni qué decir que sólo subí hasta el kilómetro 35 corriendo, después viendo andar-correr a casi todos, mi respeto y mis piernas no permiten otra cosa.

No sé qué me voy a encontrar en los últimos 10, el andar rápido, ligero y con ritmo da más energía al movimiento que el correr. No me quejo del ritmo, no me quejo de la subida. Se ve el pico, su altura ya, mirando hacia abajo, respetable, mirando hacia arriba, aún no se alcanza la meta. Un recodo y ya está, dice uno. Interminable recodo, piedras, subida y neveros.

El sol granadino marca nuestra piel, veo una meta en total inclinación, pequeña, alegre y rocosa. Será ya mi posada, mi alegre casa durante un buen rato. Feliz paso por ella, no me lo creo, sólo cuando bajo, repito "no puede ser que yo, haya subido el Veleta".

Estefi Climent, 7 de Agosto de 2011

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