Crónica de mi primer maratón (Empúries, 2011)

Aunque los días anteriores al maratón, con el entrenamiento ya finalizado, fueron de muchos nervios (dificultad para dormir, pesadillas con la carrera, dolores de piernas,...), finalmente el objetivo está cumplido: SOY MARATONIANA.  Aquí os dejo una pequeña crónica de la aventura del fin de semana del 1 de Mayo de 2011 en Empúries.

Nos desplazamos hasta L'Escala el sábado, y allí nos alojamos en el Hotel Nieves Mar que, aunque no es barato, es altamente recomendable para aquellos que quieran hacer en el futuro el maratón de Empúries. Un detalle muy de agradecer es que el domingo nos guardaron la habitación para poder volver a ducharnos después de la carrera. Además, nos abrieron la sala de desayunos a las 6:30, dos horas antes del evento.

Aunque soy una persona que acostumbro a desayunar bastante, incluso antes de carreras como el medio maratón, esta vez quise ser precavida y el desayuno del domingo fue muy ligero: un vaso de agua, un vaso de zumo de naranja, un té sin azúcar y un plátano. Después, enseguida nos dirigimos hacia el punto de salida, donde a esa hora hacía una temperatura algo fresca.

La salida de esta carrera no es nada convencional, ya que unos soldados romanos te guían por entre las ruinas de la ciudad hasta el arco de salida, en un paseo que dura unos minutos. Después, ya puedes empezar a correr.

Estaba realmente asustada con la distancia, ya que desconocía lo que me iba a encontrar después del kilómetro 30 (la máxima distancia que había corrido hasta el momento). Así, aunque había entrenado para correr más rápido, decidí ser conservadora y mantener un ritmo constante de 5:15 m/km, una velocidad muy tranquila para mí, que al principio de la carrera tenía que controlar mucho para no acelerar. Y yo, que había elegido mi primer maratón porque había leído que el perfil era bastante llano, me quedé desconcertada cuando ví que las subidas y bajadas eran constantes. Además, se repetían tramos del circuito, algunos bastantes veces, con lo que psicológicamente no era una carrera fácil. Por suerte, creo que tenía la cabeza casi mejor entrenada que las piernas, después de largos entrenamientos en solitario en pleno invierno, a veces ya de noche, y ya cansada después de la jornada laboral.

Al ritmo que iba, aguanté casi toda la carrera, sin encontrar nada parecido al temido muro. He de confesar, sin embargo, que la peor parte fue a partir del kilómetro 36, pues la carrera se me estaba haciendo muy larga.

Había mucha gente animando en bastantes tramos del circuito, lo que es muy de agradecer, pues te va aportando energía adicional de la que estás bastante necesitado. En concreto, hacia el kilómetro 41, cuando te acercas de nuevo a Empúries por el paseo marítimo, había tanta gente a lado y lado dándome ánimos que me emocioné. Y entonces, de la emoción, se me puso un nudo en la garganta que no me dejaba respirar para seguir corriendo. Pasé un poco de miedo, pero me concentré para hacer marchar la emoción y así pude volver a respirar normalmente.

Al final, un tiempo real de 3 h 43 m, casi cumplido el plan A de mi objetivo, con lo que puedo estar muy contenta. Además, para mi gran sorpresa, quedé quinta de la general femenina y primera de mi categoría, con lo que, a la emoción de acabar mi primer maratón, le sumé la alegría de llevarme un trofeo a casa.

Ahora, e incluso antes de entrar por la línea de meta, ya tengo nuevos objetivos. Pero de ellos os hablaré más adelante.

Después de mi experiencia quisiera animar a todos aquellos corredores y especialmente corredoras novatos/as, que se animen a hacer un maratón. La clave para conseguirlo está en seguir un plan de entrenamiento de manera constante.