viernes, 10 de junio de 2016

XX Caminada Reus-Prades-Reus (5 de junio de 2016)

Y por fin llegó la Caminada Reus-Prades-Reus, que este año celebraba su 20ª edición. Esta vez se trataba de salir de la ciudad de Reus, llegar a Prades y volver de nuevo a Reus en un recorrido circular de 55 km y 3.000 m de desnivel acumulado. Sería mi 9a prueba de la Copa Catalana de Marxes de Resistència y la última antes del verano. Por ese motivo y, aprovechando que se podía correr en bastantes tramos del circuito, mi idea era darlo todo para acabarla en el menor tiempo posible.

La noche anterior cae una tormenta que parece que se va a desplomar el cielo, pero el día siguiente amanece tranquilo y caluroso. Me levanto a las 4 de la mañana, desayuno, cojo mis bártulos y me dirijo a Reus, a una hora aproximadamente en coche desde Tàrrega. La salida será a las 7 de la mañana y hay más de 800 participantes inscritos. De estos, sólo 600 llegarán a la meta, ya que muchos han decidido quedarse en Prades y volver a Reus en los autobuses que cada año habilita la organización a este efecto.

Foto: organización
Empezamos subiendo desde la misma salida, ya que pasaremos de cota 100 a cota 1000 en tan sólo 16 kilómetros. Los primeros 4 kilómetros aproximadamente son por asfalto, atravesando distintas urbanizaciones para salir del casco urbano de la ciudad. Las cuestas en este tramo son considerables, pero yo intento correr de forma continuada todo lo que me sea posible y al final consigo hacerlo durante 6 kilómetros aproximadamente. Después ya no me queda otra que caminar en las empinadas subidas por senderos pedregosos. A partir del kilómetro 16 hasta el 36, ya es posible correr de nuevo en bastantes tramos, ya que el circuito planea por un altiplano entre las cotas 700 y 1000 m hasta el kilómetro 36.

Foto: organización.
A la mitad del recorrido (km 26), y después de atravesar unos bosques maravillosos, llegamos a Prades, conocida también como la Villa Roja, ya que muchas de sus edificaciones han sido construidas con piedra de este color, originaria de la zona. Es todo un privilegio pisar esta ciudad, que constituye un conjunto histórico declarado desde 1993 como Bien Cultural de Interés Nacional. En su plaza Mayor se ha instalado el control y uno de los avituallamientos principales. He tardado 3 horas y media aproximadamente en llegar aquí y el ambiente es espléndido, ya que en ella se dan cita muchos ciclistas, excursionistas y visitantes que han aprovechado el domingo para acercarse a este hermoso lugar.

Plaza Mayor de Prades. Foto: organización
Está haciendo calor y estoy yendo lo más rápido que puedo, lo que me pasa enseguida factura al estómago, al que le cuesta admitir la comida. Sin embargo, me obligo a comer un pequeño bocadillo de jamón y una Coca-Cola antes de encarar la segunda parte del recorrido. Esto acabará siendo finalmente todo lo que coma durante toda la carrera. Saliendo de Prades, me encuentro con un grupo de 3 chicos con los que comparto algunos kilómetros. Me comentan que falta un tramo bastante duro, aunque no muy largo, que es la subida a La Febró. Llegamos al sendero e iniciamos la subida. Vamos salvando el desnivel por zonas de grandes piedras y mucha vegetación. Uno de los chicos me dice que es poco, sólo 200 metros y eso me tranquiliza. De repente, entre los árboles, se vislumbra una gran roca allá en lo alto y me dice: "¿Ves? Hay que llegar hasta allí". No me habia mentido, eran 200 metros, pero ¡verticales!. No me importa, el sitio es espectacular. Voy rozando la vegetación, aún húmeda de la lluvia del día anterior. Por momentos, me parece estar en un bosque de cuento. De forma inesperada, en uno de esos tramos, mi mente vuela a mi niñez y me veo a mí misma buscando escondites secretos en los pequeños claros de los bosques que rodean mi pueblo, en Euskadi. No me había pasado nunca nada así y me emociona muchísimo.

Camí de les Tosques. Imagen: http://eu.wikiloc.com/wikiloc/imgServer.do?id=1487622
Del kilómetro 36 al 41 es todo bajada. Son más de 5 kilómetros por el Camino de les Tosques, con bastante desnivel y empedrado en su mayor parte. Está húmedo y resbaladizo en muchos tramos, y hay que ir con mil ojos. Sin embargo, consigo bajarlo bastante bien, adelantando incluso a algunos corredores en ese tramo. Llegamos al avituallamiento de Vilaplana. A partir de ahí el recorrido será exclusivamente por anchas pistas, polvorientas y sin sombra alguna hasta Reus. Son unos 14 kilómetros y sé que es justo esa parte, por mis características como corredora, la que me va a favorecer y donde voy a ganar mucho tiempo. El sol cae a plomo sobre nuestras cabezas, pero yo estoy acostumbrada a entrenar en Tàrrega por ese tipo de caminos al mediodía, así que voy bien y empiezo a adelantar a muchos participantes que se han puesto a caminar en este tramo.

Ya se ven las afueras de Reus. En un recodo del camino, unos niños de no más de 10 años han montado un avituallamiento improvisado en un pequeño carro. Tienen galletas saladas y algunas chucherías. Sonrío pensando en lo bien que se lo deben de estar pasando jugando así en esta mañana de domingo. Y por fin piso el asfalto de Reus. A unos 3 kilómetros de la meta está el último control, que también es avituallamiento. Paro lo mínimo para que me marquen el dorsal y hago el intento de empezar a correr de nuevo, pero los voluntarios me dicen que dónde voy, que beba algo, que me refresque. Y así lo hago. Charlo con ellos unos minutos y una señora me pulveriza agua por las piernas y los brazos. Les grito que esto es la gloria y nos reímos todos. Finalmente me marcho y me dirijo a tope hasta la meta en las piscinas municipales de Reus. Y atravieso el arco de meta después de 7 horas 14 minutos. La 4ª mujer, muy contenta de mis sensaciones, de lo fuerte que me he sentido y de los momentos tan emocionantes que he vivido en esta prueba, totalmente recomendable y que espero volver a repetir.

Son 17 puntos más, que hacen un total de 192. Y quedan 4 pruebas pendientes, la siguiente a finales de agosto y las que quedan ya a partir del mes de octubre. Tengo por delante 4 meses de descanso de este tipo de competiciones, lo que me ha animado a aprovechar el nivel de forma en el que me encuentro para preparar un nuevo objetivo para finales de septiembre. Pronto os lo cuento.

4 comentarios:

  1. Una marxa més i una menys que queda. Dedueixo que la propera serà a Borges ...
    I ja ens explicaràs a veure quin és aquest objectiu per finals de setembre. Una cursa de muntanya llargueta? Esperarem aconteixements.

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    1. Sí, sí, la següent a Borges, a veure si ens veiem. Buf! Vull descansar una mica de la muntanya, necessito la meva dosi d'asfalt, je, je,... Bon estiu!

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  2. Enhorabuena Arantza!! wauu cuando describes lo del bosque y que te imaginas de pequeña correteando por allí, lo pude visualizar :) me encanta!!
    Increíble que solo falten 4 pruebas no? cuando al inicio se veía todo como una locura! :) jajaja eres admirable!!
    Bueno ahora te puedes tomar un buen descanso! y aprovechar el buen fondo que tienes y ahora meter calidad para atacar quizás un maratón! :)
    Ya nos contarás! y a seguir así campeona!
    bss
    Tania

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    1. ¡Qué bien nos entendemos!, ja, ja, ja.... Feliz verano, ¡un abrazo!

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