viernes, 29 de abril de 2016

Crónica de la XIV Caminada Riudoms-La Mola-Riudoms (24 de abril de 2016)

Después de dos fines de semana de descanso, el domingo participaba en una nueva prueba de la Copa Catalana de Marxes de Resistencia. Se trataba esta vez de 55 km de recorrido con 3.700 m de desnivel acumulado con salida y llegada en la población de Riudoms, aproximadamente a una hora en coche desde Tàrrega.

Plaça de la Esglèsia de Riudoms. Antes de la salida. Foto: Xavi Capdevila (FEEC)
Ya hay mucho ambiente a las 6:30 de la mañana, y es que habrá más de 300 participantes. Me encuentro con mucha gente conocida, que he ido encontrando en las diferentes pruebas de la Copa. Son aquellos que corren a un ritmo similar al mío y solemos encontrarnos muchas veces durante el recorrido. Para mí es una experiencia muy agradable poder charlar un rato con ellos mientras esperamos a que se dé la salida.

Desnivel de la Riudoms-La Mola- Riudoms
Cada prueba es diferente, aunque tenga un número de kilómetros y un desnivel similar. Esta vez los primeros y los últimos 10 km son prácticamente llanos y se pueden realizar corriendo en su totalidad. Y eso significa que el desnivel se hace prácticamente todo de golpe.

Salimos de noche, pero nadie lleva frontal, ya que en muy pocos minutos habrá salido el sol. Además, hay una preciosa luna llena que nos va iluminando el camino. Los primeros 10 kilómetros son por pistas y caminos asfaltados con un desnivel poco destacable. Así que empiezo disfrutando mucho de la Marxa.

Detalle del recorrido. Foto: Xavi Capdevila (FEEC)
Como salgo desde atrás, voy adelantando poco a poco a bastante gente, hasta que encuentro mi sitio entre algunos corredores que ya iré encontrando durante toda la prueba. Hay una chica veterana como yo que tiene toda la pinta de ser una atleta local, no lleva siquiera mochila y va en pantalón corto y camiseta de manga corta a pesar del frío tremendo que está haciendo. Y es que está soplando un viento del norte muy fuerte y prácticamente todos vamos con cortavientos y guantes. Con ella nos encontramos al parar en los avituallamientos y me explica cómo es el recorrido y lo que vamos a encontrar a continuación. Esta camaradería es una de las cosas que me gusta de este tipo de pruebas y que no existe en el asfalto, mucho más competitivo.

Imagen: Dannylow Ramírez
En los avituallamientos encontramos de todo: desde chucherías, incluyendo chocolate, hasta frutos secos, o bollería, además de pátanos, naranjas y bebida isotónica o agua. Pero, como es habitual en mí, sólo como algún gajo de naranja o de plátano y bebo un vaso de isotónica o agua. De todas maneras, hoy casi tengo menos hambre que de costumbre. Creo que es por culpa del viento, tan fuerte y tan frío, que me ha dejado los músculos del estómago medio tiesos y doloridos...

El camino sube y sube hasta alcanzar La Mola, en el kilómetro 30. A veces hay que utilizar las manos para ayudarse a subir y me voy encontrando con unos paisajes realmente espectaculares. Me han avisado de que vamos a crestear por una zona de aerogeneradores que se vislumbra sensacional con el tremendo viento que está haciendo. Y así es. El viento sopla de costado y a veces me parece que si estiro los brazos voy a empezar a volar. El ruido al pasar bajo los aerogeneradores es impresionante. Y uno no puede dejar de pensar en qué pasaría si se suelta una de esas aspas...

Subiendo a La Mola
Por fin alcanzo la cima de La Mola y no bajo volando de milagro, ¡qué viento!
A partir de ahí sé que son unos 5 km de bajada técnica. Lo intento hacer lo mejor posible, pero hoy está bastante difícil. A pesar de todo, un par de corredores me dejan pasar, aunque algún otro me adelanta y yo me intento mantener cerca de él. Eso es porque cuesta concentrarse en bajar y además ver las señales del recorrido, así que es mucho más fácil para mí ir siguiendo a alguien. Estos kilómetros se hacen eternos, pero por fin llegamos a un avituallamiento líquido antes de los dos últimos kilómetros de subida del recorrido hasta el avituallamiento fuerte de la ermita de Mare de Déu de la Roca. Esta ermita es un sitio muy popular y, al ser domingo, hay muchísimos visitantes. Hay escaleras talladas en la roca y por ahí nos cruzamos los participantes de la Marxa con los tranquilos visitantes que deben de pensar que nos vamos a descalabrar con tanta prisa...

Foto: Xavi Capdevila (FEEC)
En este avituallamiento hay, entre otras cosas, cerveza y bocadillos de longaniza a la brasa. Algunos compañeros se sientan tranquilamente a disfrutar de este momento. Yo no tengo nada de hambre, y la cerveza no me gusta (aunque parezca increíble, je, je...), pero me obligo a comer medio bocadillo y un vaso de Coca-Cola antes de encarar los últimos 15 kilómetros de la prueba. Durante toda la Marxa, me han estado diciendo en los puntos de control que era la tercera chica. Pero a los pocos minutos de llegar a la ermita veo que llegan dos chicas más, la cuarta y la quinta, y salimos de ese punto de control prácticamente las tres a la vez.

Ermita de la Mare de Déu de la Roca. Foto: Xavi Capdevila (FEEC).
A partir de ahí hay unos 5 kilómetros con algo de complicación, aunque poca,  hasta afrontar el último tramo prácticamente llano hasta llegar a meta. Sé que mi baza estará en poder correr durante los últimos 10 kilómetros, ya que es donde soy más fuerte y no tengo prácticamente ninguna duda de que acabaré llegando a meta la tercera. En realidad no tiene ninguna importancia, ya que no habrá ningún premio para nadie, pero es mi manera de marcarme un objetivo y mantener la cabeza ocupada. Y es que después de todas las dificultades que hemos tenido que pasar hasta llegar al kilómetro 45, no resulta fácil correr sin parar durante 10 kilómetros más por anchos caminos polvorientos a la 1 del mediodía bajo un sol de justicia ...

Foto: Xavi Capdevila (FEEC)
Y por fin entro en Riudoms y, tras callejear un poquito, llego a la meta en la plaza de la iglesia, de donde salí 7 horas y 57 minutos antes. Encuentro descansando a algún amigo que ha llegado unos minutos antes y, algunos minutos después, llegan mis otros compañeros de andadura con los que charlamos animadamente de esta prueba y de las que nos esperan por delante.


En resumen, una prueba muy recomendable, muy variada en su recorrido, con una organización excelente, voluntarios de diez, un ambiente espectacular, no se puede pedir nada más. Y con esta sumo 19 puntos más y me sitúo en 129. Faltan 150.

¡Hasta pronto!


3 comentarios:

  1. Felicidades Arantza. Estas pruebas son complicadas porque se puede correr bastante y según te las tomes se hacen muy exigentes. Se ve que ya las dominas a la perfección.

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    1. Gracias, Miguel. Hombre, dominar, dominar... no mucho, pero desde luego he aprendido a gestionarlas mejor. Al final ya dudo si es mejor que haya tramos en los que se pueda correr o no, casi tienen más complicación como tú dices... ¡Un saludo!

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  2. Felicidades Arantza. Estas pruebas son complicadas porque se puede correr bastante y según te las tomes se hacen muy exigentes. Se ve que ya las dominas a la perfección.

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