sábado, 14 de enero de 2012

2 semanas y 1.5 kg menos

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El título de este post podría resultar engañoso, pues en realidad me refiero a que, después de 2 semanas sin poder salir a correr debido a la lesión de rodilla, he adelgazado casi 1.5 kg. En realidad, siempre he sido una persona delgada, con mis 168 cm de altura y unos 53 kg de peso. Pero, cuando empecé a correr y contrariamente a lo que podría esperarse, empecé a ganar peso. En dos años, gané 2 kg. Puede que os parezca poca cosa pero, en mi caso, que en alguna época poco memorable había llegado a pesar 50 kg, nunca antes había pesado tanto exceptuando las dos temporadas en las que estuve embarazada.

Es evidente que la razón de ello está en el balance energético: en las últimas semanas he gastado más de lo que he ingresado. Seguramente, al no salir a correr, de manera no consciente estoy comiendo menos. Pero por otra parte también he dejado de gastar muchísimo. Revisando el historial de mi Garmin Forerunner, he visto que he corrido más de 2500 km con él desde que los Reyes Magos me lo trajeron hace un año, lo que significa unos 50 km de media cada semana. ¿Quizá mi metabolismo se ha acostumbrado a este esfuerzo continuado y consume más que antes? No tengo ni idea, pero he de confesaros que estoy encantada.

Aquí mi prima Ainara, de visita en el Estadio Panathinaikó (Atenas, Grecia).
Y es que más vale encontrarle un lado positivo a todo esto, porque mi cabeza no lo está pasando demasiado bien desde que no puedo correr. Porque ¿cómo va la lesión de la rodilla? Pues los primeros días me ponía hielo un par de veces al día para bajar la inflamación, y también me masajeaba con una pomada que me dio mi prima Ainara, que es enfermera y también corre. Paré de hacerlo cuando dejé de notar dolor al tacto. Paralelamente, todos los días hago estiramientos específicos, y algún ejercicio de fortalecimiento que he encontrado por internet. Si no corro, no puedo saber el estado de la lesión, pues no es sino al cabo de unos kilómetros que la rodilla empieza a quejarse. Así que esta mañana, aprovechando el día ideal que ha salido (con niebla y 2º de temperatura  a la 1 del mediodía, o sea, un frío que pela), he ido a trotar un poco a ver qué tal. Y el resultado ha sido que al cabo de sólo 2 kilómetros me ha empezado a doler de nuevo, así que he tenido que parar y volver a casa andando.

Ya he renunciado a la "Cursa de l'oli" de Les Borges Blanques, que es este próximo domingo y en la que ya me había inscrito. Sin embargo, aún mantengo la esperanza de recuperarme para el día 30 de Enero, fecha en la que debería empezar el plan de entrenamiento que ya tengo preparado para el maratón de Madrid. Este es mi objetivo principal en estos momentos, aunque, dicho sea de paso, ¡pintan bastos!

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