sábado, 18 de febrero de 2012

En el dique seco (una despedida)

Con poco ánimo y pocas ganas de escribir en este blog, así es como me encuentro debido a la lesión de rodilla de la que no logro recuperarme. Llevo ya 7 semanas parada, con 11 sesiones de fisioterapeuta, 2 visitas al traumatólogo y dos al podólogo. Con todo, no tengo un diagnóstico claro, aunque todo apunta a que pueda ser la temida banda iliotibial. En estas semanas he leído mucho sobre ello por internet, en blogs y en foros. No voy a aburriros con detalles, pues la cantidad de información que se puede encontrar al respecto es ingente. Así, la impresión general que me he llevado de otras experiencias es que la recuperación de esta lesión es lenta y difícil. Además, dicho sea de paso, me está resultando bastante cara.

Colgando mis Mizuno
Todo este tiempo ha significado un proceso de aprendizaje sobre la cara más fea del running: las lesiones, de las que hasta ahora me había librado. Así, desde que se produjo la lesión a mediados de Diciembre, continué corriendo pensando que  se curaría sola. Al cabo de dos semanas ví que la cosa no mejoraba y decidí parar completamente, con todo el dolor (de rodilla y de corazón) del mundo. Mientras tanto me ponía hielo y pomada y hacía estiramientos. Al cabo de dos semanas más intenté correr, y esta vez el dolor fue invalidante nada más empezar, quedándome incluso coja, con lo que me asusté bastante y es cuando entré en la rueda de visitas al traumatólogo y al "fisio". Una semana más y la cosa seguía sin dar resultados así que visité al podólogo, que me diagnosticó una pronación excesiva debido a que tengo los dedos gordos del pie demasiado cortos, causando así un efecto "trípode cojo". Otra semana y recogí las plantillas. Sigo entonces con las sesiones de fisio e introduzco unos ejercicios nuevos de estiramientos que he encontrado por internet (estoy ya completamente desesperada). Lo curioso del caso es que la rodilla no duele ni molesta si no corro, de hecho puedo hacer bicicleta sin ningún problema, y tampoco duele ni molesta si corro rápido. En estos momentos mi rutina es la siguiente: llevo las plantillas todo el día; hago ejercicios de fortalecimiento y estiramientos todos los días; voy al fisio 2 ó 3 veces por semana; llega el fin de semana y tengo la rodilla aparentemente en perfecto estado; el sábado me voy a correr y el dolor vuelve con la misma intensidad; me dedico entonces el sábado y el domingo a hacer 10 series de velocidad de 100 m, con 100 m de recuperación andando, pues al trote es imposible. Y la siguiente semana vuelta a empezar.

Esto puede alargarse por los siglos de los siglos, así que comprendereis que tenga el ánimo por los suelos y que me queden muy pocas ganas de seguir expresándome en este blog. Me tendreis que permitir entonces que me despida de vosotros temporalmente. Ojalá pueda volver pronto con buenas noticias.