domingo, 7 de septiembre de 2014

Cursa de Cervera (7 de septiembre de 2014)

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Oigo el kikirikí de un gallo. Miro el reloj y veo que sólo son las 5:18 de la mañana. Como hace rato que los nervios no me dejan dormir, me pregunto por qué será eso, si aún faltan un par de horas para el amanecer. Más tarde averiguo que los gallos no necesitan la luz solar para despertarse, sino que su "reloj biológico" les alerta dos horas antes de la salida del sol. Por lo que veo, el reloj de este funciona a la perfección y va repitiendo su canto cada pocos minutos, como si fuera la alarma de un despertador. De repente, oigo un estruendo lejano. Son las 6:56 y pienso que quizá sea un avión a reacción, pero no los he oído nunca tan cerca en Tàrrega. Luego me parece que quizá sea una tormenta. Se ve un resplandor como de un relámpago por la ventana. También me extraña, porque según el parte meteorológico hoy va hacer sol. Más tarde descubro que lo que se trata: el Bólido Diurno SPMN070914.

Mientras que la Naturaleza sigue su curso, nosotros nos levantamos para acudir a nuestra cita de hoy: la XIV Cursa de Cervera. Hace exactamente un año que no participo en ninguna carrera de 10 km. He hecho un buen número de maratones y medios maratones, pero los 10 km los tengo un poco abandonados. La verdad es que me impresionan bastante. Además, no estoy en mi mejor momento de forma, entre la lesión que me tuvo unas cuantas semanas sin entrenar y los calores del mes de agosto, que han mantenido mis ritmos de entrenamiento por los suelos. Hoy no va a ser un día muy diferente, pues hace mucho calor y bochorno, así que mis expectativas son bastante bajas.
100x100 Fondistes en Cervera (foto: Anna Salvadó)

La salida es a las 9:30. Al llegar nos encontramos con los compañeros del club, que será el más numeroso en esta edición de la carrera. También saludamos a nuestros amigos del club organizador. Enseguida pasan los minutos y, tras unos 10 minutos de calentamiento, nos dirigimos a la salida. El circuito no es el ideal para hacer marca, y yo tenía como referencia mis 46 minutos del año pasado, aunque sabía que en mi estado de forma actual era imposible acercarme a ese tiempo. El primer kilómetro es en subida. Después, bajamos hasta el kilómetro 4.5 y, a partir de ahí, una larga subida combinada con algún corto llaneo nos lleva hasta el kilómetro 9. Del 9 al 10 es una bajada rapidísima (si has llegado con suficientes fuerzas hasta allí).

Después de un minuto de silencio por el fallecimiento de un cerverino muy conocido, un redoble de tambores y un trabucazo nos marcan el inicio de la carrera. Conecto el Garmin al pisar la alfombra de cronometraje, pero al instante decido no mirarlo en ningún momento. Voy a un ritmo fuera de la zona de confort aunque sin sufrir demasiado. Unos compañeros del club me adelantan y me dicen: "¿qué, hoy vas de paseo?". Estoy sudando a mares y no puedo ir más rápido. De hecho, ni siquiera lo intento. Llego al avituallamiento del km 5 y, tras mojarme los labios, me echo el agua por encima. Veo un par de chicas a lo lejos, pero no pienso en alcanzarlas, pues no me veo con fuerzas. Sin embargo, adelanto a una de ellas hacia el km 6 y me sitúo a pocos metros de la siguiente, una chica joven. Seguimos así durante el resto del recorrido. A falta de unos 300 metros para la meta, Jordi (que ha hecho unos fantásticos 38 min) me está esperando y me grita que apriete al máximo. Entonces me animo a intentar un esprint final, pero la chica se da cuenta y también aprieta, así que entro por detrás de ella en meta. La felicito y nos abrazamos. He tardado dos minutos más que el año pasado. Un desastre, la verdad, sabía que estaba mal pero, ¡tanto!...

Con la cara lo digo todo. Fotografía de David Matas.

Sin embargo el calor ha pasado factura a casi todos, así que me llevo el trofeo a la primera de la categoría. Y aquí no se acaban las sorpresas, porque resulta que han hecho un sorteo mientras discurría la carrera y mi número de dorsal (el 32) ha resultado premiado con un arreglo de plantas verdaderamente precioso. ¡Gracias a Flors Montserrrat de Cervera!

Saludo de los presidentes del Club de Atletismo Cervera y Tàrrega
Dicen que hay que llegar al fondo para reaccionar y creo que estoy en ello. Después de la carrera, he vuelto corriendo a Tàrrega por los caminos que unen las dos poblaciones. Han sido 14 kilómetros adicionales que hacen de la actividad de hoy una buena tirada larga de cara a la temporada de medios maratones (mi distancia favorita). Ya los tengo marcados en el calendario. Si todo va bien, pronto os explicaré mis planes.
¡Hasta pronto!