lunes, 10 de febrero de 2014

Mitja de Tortosa (9 de febrero de 2014)

Ya tengo la tercera camiseta.
Ayer se celebró la primera edición del medio maratón de Tortosa, la tercera prueba del Half Marathon Series de Tarragona. Era una carrera que no me podía perder, ante todo porque estoy participando en la serie pero, además, porque le tengo un cariño especial a Tortosa al haber vivido allí 11 años cuando los niños eran más pequeños.

Esta vez viajamos los cuatro el sábado. Mi hijo mayor tenía la agenda bastante llena, quedándose el sábado en casa de un amigo y el domingo en casa de otro. Nosotros dos y la niña nos fuimos a Amposta, a casa de otros amigos. Así que esta vez la carrera tenía también otro aliciente.

Después de bastantes meses sin correr debido a la lesión en el tendón de Aquiles, ahí anda Jordi recuperando ritmos poco a poco, así que, al no poder correr como le gusta a él, decidió acompañarme y hacerme de liebre. Estas tres semanas después del maratón de Tarragona he continuado entrenando a ritmos bastante fuertes, así que, aprovechando que tendría una liebre de lujo me propuse atacar mi MMP en la distancia. El circuito se desarrollaba por ambos márgenes del río Ebro y era bastante llano, así que todo parecía favorable. Sin embargo, nos esperaba alguna sorpresa imprevista.

Río Ebro. Al fondo, Castell de La Suda. Foto de Ximo Barberà.
Unos minutos después de las 10 de la mañana se da la salida. Somos casi 700 corredores, entre ellos agunos atletas de gran nivel, como los ganadores en categoría masculina y femenina del maratón de Tarragona. Empezamos a correr rápido, más adelante ya se estabilizará el ritmo. Pero, al cabo de 250 metros, nos encontramos con el primer imprevisto: un tramo de 300 metros sin asfaltar, lleno de piedras y baches que nos sorprende a todos. Y es que por ese tramo vamos a pasar 4 veces durante toda la carrera. Hay que ir con cuidado y mi ritmo se resiente. Pasado ese tramo continuamos el recorrido a buen ritmo. Corremos junto al río y sé que el paisaje es precioso porque lo conozco, ya que en carrera es difícil fijarse. Alrededor del kilómetro 3 entramos en un tramo de 1 kilómetro de vía verde, de nuevo sobre tierra cubierta de gravilla resbaladiza. Pasaremos 2 veces por allí. En el kilómetro 7, otro tramo de unos 300 metros por un parque con mucha grava, que hace que los corredores nos desviemos por la hierba. También pasaremos dos veces por ese lugar. Completamos así los 10 primeros kilómetros del recorrido en un tiempo oficial de 45:31 e iniciamos la segunda vuelta.

Jordi me lleva buen ritmo, va girándose contínuamente, hablándome y animándome, para él es como si fuera andando. Me grita que apriete, que me ha visto correr más rápido. Yo pienso en contestarle que se calle de una vez, pero no puedo hablar, bastante tengo con respirar. La segunda vuelta es muy dura. Los tramos que no son de asfalto me hacen reducir el ritmo muchísimo y estoy realmente cansada. Pero ahí tengo a Jordi sin parar de gritar y le sigo como puedo. Poco a poco se va acercando la meta. El arco de llegada se ve desde lejos, pero cuesta llegar hasta él. Con las fuerzas justas consigo esprintar junto a Jordi y entramos juntos en meta en 1 h 37 min 40 s. Sólo a 4 segundos de mi MMP en medio maratón. He sido, sin embargo, la quinta mujer y la segunda de mi categoría.

Clasificación por categorías.

En definitiva, se trata de un circuito llano pero para nada fácil. Alrededor de un 18% de la distancia es sobre tierra y hay un par de rampas para acceder a dos puentes que hay que subir dos veces. La organización es buena, dentro del estándar de las otras pruebas del circuito. En mi opinión, un medio maratón recomendable.

Ahora a continuar entrenando para mi próxima cita: la última prueba del Half Marathon Series, el medio maratón de Cambrils del 2 de marzo.

¡Ya os contaré!