lunes, 18 de marzo de 2013

Crónica del Maratón de Barcelona (17 de marzo de 2013)

Fuente: Fuente: http://blog.hospitalclinic.org/wp-content/
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Tenía ganas de correr en esta ciudad. La considero un poco mía al haber vivido en ella durante muchos años y ser donde trabajo actualmente. Así que ha sido en Barcelona donde ayer realicé mi sexto maratón. No iba muy motivada a la cita, ya que he encadenado tres maratones en cinco meses y el último fue hace tan solo 8 semanas. Es el único maratón, además, en el que no he hecho ninguna salida larga de 30 o 32 kilómetros durante el entrenamiento, que se ha limitado a dos salidas de 24 kilómetros y dos medios maratones a tope. Llevaba muchos menos kilómetros en las piernas que en otras ocasiones, lo que me hacía pensar que no serían suficientes para afrontar un reto del calibre de un maratón. Sin casi nervios y pensando más bien poco en la carrera, durante la semana de tapering me limité a hacer un día de bicicleta (1 hora/20 km) y un día de rodaje suave de una hora. Así que llegué al domingo tan descansada que incluso llegué a pensar en si me acordaría de lo que es correr.

Por fin llega el día. Me levanto a las 5:00. Como siempre antes de una carrera, desayuno un plátano, una barrita Isostar y un té verde con menta. Cojo el coche y me dirijo a Barcelona, como todos los días, aunque hoy es diferente: ¡no hay atascos! A las 6:45 ya he aparcado junto a mi trabajo, en la Universidad, y me dirijo en metro a la plaza España, lugar de salida del maratón. Aunque es muy temprano, en el metro ya se ven corredores, son fáciles de identificar por su indumentaria. Yo voy sola, le he dicho a Jordi que no me acompañe, porque creo firmemente que me va  a ir mal y prefiero pasar el mal trago sola. Cuando llego a la zona de salida me dirijo al pabellón habilitado como guardarropa, donde espero poder cambiarme. Pero los voluntarios no nos dejan entrar, ya que, seguramente para evitar aglomeraciones, sólo se puede acceder a él para dejar la bolsa por una puerta y salir por la otra.  Toca por tanto despelotarse en medio de la calle, pero estamos a 12ºC y a ratos llueve. A mi me da igual, me lo tomo bien, pero la gente está algo enfadada. Me he traído un plástico que me va a ir de perlas. Dejo la bolsa en el guardarropa y decido calentar un poco (no lo suelo hacer nunca antes de un maratón). Nada, lo justo para entrar en calor y desperezar los músculos.

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Me dirijo a mi cajón. Estoy en el grupo de 3:30, nunca pierdo la esperanza. Este año la salida se da en olas, por cajones. Me parece una idea excelente, para así evitar el atasco de la primera parte de la carrera, debido a la estrechez de la carretera de Sants. Disfruto mucho de esos momentos previos y empiezo a correr. Mi idea es mantener un ritmo al entorno 4:50 min/km todo el tiempo que sea posible. Para ello voy mirando el Garmin contínuamente. Los primeros 7 kilómetros son en subida, pero controlo bien el ritmo y llego al km 10 en 49:30 minutos. Me obligo a tomarme un gel. Siempre me cuesta horrores hacerlo, pero esta vez me he comprado unas nuevas ampollas de Isostar con sabor a Cola, muy agradables,  que me tomaré en los kilómetros 10, 20 y 30.

Analizo cómo me encuentro y noto que estoy realmente bien. A veces me acelero a 4:45 min/km, por mimetismo con los corredores que tengo cerca, pero rápidamente reduzco y me sitúo a ritmo de crucero. Llego al kilómetro 20 muy rápido, o al menos eso me parece a mí. El circuito es muy bonito y pasa por atractivos turísticos de la ciudad muchos de los cuales hacía tiempo que no veía. Un momento impresionante es el paso por la Sagrada Familia. Paso el medio maratón en 1 h 44 min. Fantástico, he conseguido ganar 1 minuto sobre mi objetivo. Y, lo mejor, que estoy fresca como una lechuga. No me lo puedo creer, intento concentrarme y no alegrarme mucho porque aún queda lo peor. Los siguientes kilómetros van pasando rápidamente. Voy mirando el entorno, estoy muy tranquila y el ritmo no decae. Llego al kilómetro 30 en 2 h 28 min. Ya le he sacado dos minutos al crono y aún me encuentro bien. De repente, en el kilómetro 32, sin previo aviso, el ritmo decae ligeramente. Veo que con el mismo esfuerzo no puedo correr igual de rápido. Pienso que he agotado el combustible de carbohidratos y que empiezo a quemar grasas. Ahora corro algo más lenta, pero sigo encontrándome estupendamente. Así que prefiero dosificar el esfuerzo y ser conservadora, pues nunca se sabe lo que puede pasar. El tramo del frente marítimo no es muy agradable, pues está lloviendo y el viento nos sopla de cara. Además, casi no hay gente animando en esa parte del circuito. Pero pronto llega el Arco de Triunfo, con un pasillo de gente impresionante animando. A partir de ahí no vamos a estar más solos.

Kilómetro 12. Concentradísima.
Tremendo el tramo de subida hasta plaza Catalunya, estamos en los kilómetros 37 y 38. La sensación general del cuerpo es buena, pero me empiezan a doler bastante los cuadríceps. Ahora, aunque quisiera, no podría correr más rápido, pues noto que las rampas me acechan. Finalmente llego al kilómetro 40. He llegado aquí en 3 h 20 min. Estamos en el Paralelo. Más de 2 km de subida contínua. Un horror. Veo la plaza España a lo lejos, pero no llega nunca. Paso a muchos corredores que están caminando. Yo voy bien, hoy no he pensado en caminar en ningún momento. Son los dos kilómetros más largos de toda la carrera pero finalmente veo el arco de meta, con la fuente de Montjuic al fondo. Es espectacular. Sonrío, hacía tiempo que no lo hacía, y levanto los brazos. 42,195 km en 3 h 31 min 39 s. He conseguido mi mejor marca en maratón. Cuando menos  lo esperaba. Soy muy feliz.