domingo, 4 de noviembre de 2012

Mitja marató de Lleida 2012: buenas sensaciones

Hoy domingo se ha celebrado la primera edición del renovado medio maratón de Lleida. Este año, la Asociación Deportiva Ekke y la Fundación Renal "Jaume Arnó" han tomado el relevo a la Asociación de vecinos de Balafia, que venían organizando el evento desde hacía 19 años. El circuito también ha cambiado, y la carrera ha tenido lugar íntegramente por las calles de la ciudad de Lleida. Quien conozca la ciudad ya se puede imaginar que el perfil no es muy favorable, pero la alternancia de subidas y bajadas hacen ameno, aunque duro, el recorrido.

Perfil medio maratón de Lleida
Como os conté en mi anterior entrada, no tenía previsto disputar este medio maratón a tan solo dos semanas del maratón de Valencia, pero las malas sensaciones del que debía ser el test previo en Mollerussa hace quince días me hicieron tomar la decisión, y esta mañana a las 10 h me situaba en la línea de salida junto con 800 corredores y corredoras más. La salida estaba organizada en cajones, distribuídos según la marca acreditada. Con mi dorsal amarillo, me he situado en el correspondiente a 1:30-1:45. Justo antes de la salida, una virtuosa del violín nos ha interpretado una pieza exquisita. Después, el pistoletazo de salida. Por vez primera desde que corro, he disputado una carrera bajo la lluvia. He entrenado muchas veces lloviendo, pero nunca se había dado la circunstancia de que lloviese en competición. Hoy, además, la temperatura era de unos 12ºC, con algo de aire, pero sin viento fuerte.Las condiciones meteorológicas hoy, a diferencia de hace 15 días en Mollerussa, han sido bastante benignas.

Corriendo bajo la lluvia. Foto cortesía de Aureli.

Había analizado muy bien el perfil del circuito. Sé que las cuestas me hacen perder mucho tiempo, y en este caso había tres tramos críticos: del kilómetro 2 al 6; del 12 al 16;  y del 18 hasta la meta. El hecho de saber bien qué te espera es de gran ayuda psicológica, pues no cuentas kilómetros hasta el 21, sino sólo del tramo en el que te encuentras en ese momento.

A dos semanas del maratón, había que correr con la cabeza. No se trataba de darlo todo y obtener marca personal, sino de correr rápido, pero con buenas sensaciones y sin llegar agotada. Os puedo decir que lo he conseguido. No he querido en absoluto forzar en las cuestas, y he llevado un ritmo muy cómodo durante toda la carrera. En ninguna ocasión se me ha hecho la carrera larga ni pesada, y tampoco en ningún momento he tenido ganas de parar. A la llegada, me he encontado muy entera, sin ningún problema para haber continuado corriendo más rato (en llano, si pudiera ser, claro...). Con ritmos medios de alrededor de 4:40 min/km en los tramos favorables y de 5 min/km en los más duros, he conseguido llegar a meta en 1 h 42 min pelados. Estoy convencida de que hoy, con un perfil más llano, hubiera bajado de 1:40 y eso me da fuerza y seguridad de cara a mi próximo reto: el maratón de Valencia. Según las calculadoras de tiempos de maratón, puedo aspirar a hacer 3 h 35 min. Os aseguro que ya estaría contenta con éso, pues mi mejor marca es 3 h 39 min, pero teniendo en cuenta que el recorrido de Valencia es más plano que una chapa (según lo venden los organizadores), seré valiente y me lanzaré a ritmo de 3 h 30 min. El pasar de los kilómetros me dirá si voy bien o no, pero quiero arriesgar.

Foto cortesía de Jordi Figueras.
Para acabar, os explicaré una anécdota, sin más, que me ha pasado hoy. En el kilómetro 16, más o menos, he visto que tenía delante mío una chica, a una distancia de unos 100 metros. Iba a un ritmo alegre (más o menos como el mío) en los tramos más fáciles, pero pronto me he dado cuenta de que iba perdiendo gas rápidamente. Una subida de tres kilómetros precede la llegada a meta y, en el kilómetro 19, la he adelantado. No la debía de tener muy lejos, pues oía que la animaban (llevaba una camiseta de Ekke, el club organizador). Pero yo he continuado mi ascenso tranquilamente. Para que os hagáis una idea, cuando se acaba la cuesta en el kilómetro 21, giras a la derecha y los 100 metros restantes los corres en llano hasta el arco de llegada. Yo he continuado al mismo ritmo, no tenía ningún sentido acelerar. Y, de repente, cuando estoy a punto de pisar la alfombra de cronometraje, me pasa como una exhalación la chica a la que había adelantado antes. En las clasificaciones, ha entrado un segundo por delante mío. Con eso ha ganado también un puesto en la clasificación (poca cosa, yo he quedado la sexta y ella la quinta de la categoría). Pero, sinceramente, qué poco noble me ha parecido. Hoy he aprendido una cosa: espero ser siempre consciente de no hacer una cosa así en todo lo que me quede de mi vida atlética.

¡Hasta pronto!