domingo, 28 de octubre de 2012

Cuatro decisiones

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A pesar de la decepción que sufrí en el medio maratón de Mollerussa hace siete días, el lunes me desperté con determinación y esta semana he continuado con mis cinco días de entrenamiento habituales. Hoy domingo, coincidiendo con el cambio horario y el primer día de frío (3ºC a las 8 de la mañana) he hecho la última salida larga de 30 kilómetros. El recorrido es el mismo que hice hace un par de semanas, por los caminos  y carreteras locales que rodean la ciudad de Tàrrega. Ayer también salí por esos caminos para hacer 12 kilómetros, y me tocó esquivar a un rebaño de ovejas, con los perros y el pastor y, más adelante, a un jinete con su caballo. Hoy, en cambio, cuando ya llevaba 26 kilómetros en las piernas, se me ha tirado un perro encima. Iba con los amos, pero lo llevaban suelto. Del requiebro que he hecho, ha sido un milagro que no se me subieran los gemelos. "No hace nada" me ha dicho el dueño, pero es que no se trata de eso.

Es posible que hayáis oído o leído alguna vez la frase popularizada por J. F. Kennedy sobre los ideogramas de la palabra "crisis" en chino, que constan de dos palabras: "peligro" y "oportunidad", de lo que surge la frase atribuída a la sabiduría oriental de que "en toda crisis hay una oportunidad". Pues si ya lo conocéis, ya lo podéis olvidar inmediatamente, pues es falso. La explicación la podéis encontrar aquí. En realidad, yo no creo que sea bueno tomarse una crisis positivamente, pues mi manera de ser tiende a considerar las situaciones, buenas o malas, de manera racional. Todo esto viene a cuento porque durante esta semana he tomado cuatro decisiones importantes con respecto a mi entrenamiento y mis objetivos.

En primer lugar, he abandonado el plan de entrenamiento que estaba siguiendo. Algunos me diréis que no es razonable hacer una cosa así a sólo cuatro semanas del maratón, pero es que he visto que ese plan me estaba amargando la existencia  e incluso me estaba quitando las ganas de salir a correr. Ahora lo sigo a grandes rasgos,  en combinación con otro plan, pero no fielmente como lo he hecho durante 10 semanas.

La segunda cosa que he hecho ha sido solicitar una analítica de sangre para comprobar que todo está en orden. Claro que, como no era urgente, me la han programado para el 6 de noviembre, así que si me falta algún "ingrediente" importante, no sé si tendré tiempo de recuperarlo antes del maratón. Pero sí que servirá para lo que vendrá después.

En tercer lugar, me he inscrito al medio maratón de Lleida del próximo domingo 4 de noviembre. No entraba en mis planes hacer ese medio maratón a tan solo dos semanas de Valencia, pero necesito mejorar mi aspecto psicológico, aún corriendo el riesgo de que la prueba me acabe de hundir del todo, ja, ja, ja,...

Y la cuarta decisión es que me he inscrito al maratón de la Costa Dorada que tendrá lugar el 20 de enero de 2013 en la ciudad de Tarragona. Resulta que abrieron inscripciones y durante las primeras 24 horas dieron los dorsales a 20 euros. Los que hacéis maratones sabréis que éso es una verdadera ganga, y es difícil resistirse a las rebajas. Con la cabeza más fría después del impulso, creo que me quitará presión del maratón de Valencia, pues al cabo de 7 semanas tendré una nueva oportunidad si las cosas no salen bien.

Os sigo contando...